Antes de hablar de la patología que nos puede ocasionar un tendón debemos conocer qué es y cómo se comporta.
Qué es el tendón
El tendón es una estructura de tejido conjuntivo que une el músculo con el hueso y cuya función es transmitir las fuerzas que genera el primero al segundo. Esta fuerza puede generar o no movimiento articular en función de la resistencia a vencer y los newtons ejercidos para hacerlo.
El tendón lo podemos dividir en 3 regiones:
- Unión osteotendinosa (donde se unen hueso y tendón).
- Unión miotendinosa (donde se une el músculo y tendón).
- Cuerpo propio del tendón (Zona media, entre las dos anteriores).
Está compuesto por una matriz extracelular (contiene un 68% de agua) formada por:
- Fibras de colágeno (60-80%).
- Elastina (2%).
- Sustancia Fundamental.
- Elementos de conjunción.
Su principal célula es el tenocito, que responde a fuerzas mecánicas, deformándose y adaptándose a nuevas situaciones en función de dichas fuerzas. El tendón es capaz de especializarse según la actividad a la que va a ser sometido.
Cómo se comporta el tendón
El tendón está diseñado para soportar fuerzas de tensión y de estiramiento (tiene una resistencia a la tracción mayor que el acero) y no lo está para soportar fuerzas de compresión y cizallamiento.
Al aplicarle una fuerza de tracción al tendón, éste sufre una elongación inicial y responde con resistencia, deformándose de forma progresiva. Según aumenta la fuerza de tracción el tendón tiene que presentar mayor resistencia. Cuando la fuerza a la que está sometido es muy elevada termina rompiéndose.
En reposo las fibras del tendón se encuentran entrelazadas y, a media que el tendón se tensa alrededor de un 2%, estas fibras se realinean para soportar la carga. Cuando desaparece la tensión las fibras son capaces de recuperar su forma y longitud original. Sin embargo si el tendón es estirado más de un 4% puede aparecer daño en él en forma de ruptura parcial, hasta superar el 8% de estiramiento que hablaríamos de una ruptura total.
Esto se debe a que el tendón es un tejido viscoelástico y, como hemos comentado anteriormente, es capaz de estirarse y volver a su posición original (elasticidad); pero una vez superada cierta tensión ya no es capaz de retomarla (viscosidad), donde éste comenzará a fallar.
Esta capacidad viscoelástica es fundamental para que el tendón transmita la fuerza durante el movimiento a través de la energía acumulada en el propio tendón, además de servir como amortiguador para proteger al músculo y al hueso de la lesión.
PATOLOGÍA DEL TENDÓN
Por regla general el tendón es un tejido que se lesiona por sobreuso, aunque en ocasiones el origen de la lesión sea desconocido. Por tanto podemos decir que es más habitual en gente que practica deporte.
Al someter al tendón a tensiones continuadas durante un tiempo, éste no es capaz de soportarlas y comienza a degenerarse; Pero el tendón no solo se lesiona debido a estas tensiones repetidas sino cuando es sometido a fuerzas de compresión (“impingment”).
Además existen una serie de factores de riesgo que predisponen a la lesión (genéticos, alimenticios, emocionales…); pero es sobre todo el ejercicio excéntrico el que suele generar más daño en esta estructura.
Tipos de tendinopatías:
- TENDINOPATÍA REACTIVA à Estadío más agudo. No existen grandes cambios en el tendón. “Too much Too soon”. Mejora disminuyendo la actividad.
- TENDINOPATÍA DE REPARACIÓN FALLIDA à No superada la tendinopatía reactiva el tendón pasa a este estadío, donde tras el estímulo mantenido en el tiempo, se producen una serie de cambios histopatológicos como disrupción de la matriz y mayor destrucción del colágeno. Mejora con un plan de tratamiento basado en ejercicio adaptado.
- TENDINOPATÍA DEGENERATIVA à Apoptosis (muerte celular).
TRATAMIENTO
El tratamiento del tendón es algo complejo pero sobre todo, en la mayoría de los casos, es cuestión de un buen planteamiento a lo largo de tiempo.
Desde Evolution Madrid consideramos claves del éxito:
- Gestión de la carga: Dolor, Intensidad, Frecuencia, Periodización.
- El reposo no cura: Desestructuración del tendón. El tenocito se tiene que mover para dar comienzo a la síntesis de colágeno.
- Readaptar al tendón en todas las direcciones, no solo en la del gesto deportivo.
- El tipo de contracción no es relevante pero podemos comenzar con ejercicio isométrico porque éste es capaz de activar las vías de inhibición del dolor. Progresar hacia ejercicio concéntrico y excéntrico.
- Desaconsejado el entrenamiento pliométrico en miembros inferiores, durante las primeras semanas.
Bibliografía:
– Basas García, A. Análisis de los efectos de un protocolo de electroestimulación y ejercicios excéntricos, isométricos y concéntricos sobre el dolor y la funcionalidad en el tratamiento y readaptación de la tendinopatía rotuliana o rodilla del saltador. [Thesis]. Madrid. Universidad Complutense de Madrid; 2017. 181 p.